Nací con el cuerpo como antena.

Mi primer idioma fue la percepción: veía lo que no se decía, escuchaba lo que vibraba detrás de las palabras, sentía antes de entender.

Durante años pensé que eso era un exceso. Hoy lo celebro, es mi capital diferencial.

 

No vengo de la abundancia heredada.

Vengo del oficio silencioso de las mujeres que sostienen mundos sin que nadie lo note.

Mi historia habla de autismo,
resiliencia y nunca rendirse.

Ahí aprendí a leer microgestos, a descifrar símbolos, a anticipar lo que está por romperse o nacer.

Con Jung entendí el lenguaje del alma.

Con el arte y arteterapia la potencia del gesto.

Con el “entre”, lo que pasa en los bordes entre yo y un otro, entre yo y el mundo.

Con el Diseño Humano descubrí la arquitectura energética que siempre había encarnado sin nombre:

—Soy Proyectora del Ego: la que mueve con dirección, no con esfuerzo.

— 2/4: la íntima que guía desde la naturalidad y el vínculo.

— Cruz del Receptáculo del Amor: la que sostiene el retorno al cuerpo, al sentido, a la verdad.

— 25/51: el canal del shock iniciático, que despierta a otros a través del impacto correcto.

Mi trabajo nace de ahí.

No enseño técnicas,fórmulas ni “cómo tener éxito”.

Devuelvo identidad,frecuencia,poder.

Acompaño a creativxs, terapeutas y líderes que quieren crear con su cuerpo como brújula. Que no toleran sostener una marca sin pulsión interna

Que están listxs para dejar de competir y empezar a ocupar su lugar natural: ahí donde reclaman la identidad que lxs vuelve inimitables

Trabajo en el punto exacto donde:

— el deseo se despierta

— el cuerpo dice la verdad

— la voz recupera su nombre

— la identidad se reorganiza

— la energía dirige antes que la estrategia

Mi autoridad no viene del ego vacío.

Viene del ego que hace pacto con el corazón y elige dirigir con verdad y contundencia.

No tengo apuro porque se a dónde voy y quién está listx viene conmigo

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